La tecnología que tenemos actualmente es el resultado de cómo nuestras sociedades proyectan el lugar que quieren ocupar en el mundo. A partir de esas aspiraciones las sociedades empiezan a imaginar, promover y crear la tecnología que les ayude a estar “ahí”.
Vinculados a la cultura, el desarrollo social o la educación y con la idea de generar contextos para el desarrollo de tecnología pensada para el bien común en los últimos siete años han proliferado muchos Labs; HackerSpace, HackLabs, MakerSpace, FabLabs, MediaLabs,… muchos promovidos desde el ámbito público. Qué interesante resulta pensar que desde lo público se hace un esfuerzo para que la tecnología que utilicemos y hagamos nos proyecte hacia escenarios más respetuosos con la vida.
Sin embargo el discurso y la intencionalidad resultan ambiguos al observar cómo funcionan. Nos llama la atención, porque nos preocupa que esos cómos que toman cuerpo a partir de las conductas se acercan más a las lógicas y aspiraciones, para con la tecnología, de grandes corporaciones tecnológicas que de contextos vinculados a la cultura, la educación o la iniciativa social.
En Hirikilabs por ejemplo hemos observado las siguientes conductas:
- Relaciones de poder asociadas al conocimiento de la tecnología
- La identificación de la tecnología como ámbito masculino
- La expectativa de que la tecnología debe ser motor de desarrollo económico
- Las dificultades estructurales de participación y reapropiación
- El descuido del espacio y los recursos disponibles.
Sabemos que conductas como éstas suceden también en otros ambientes. Pero observarlas en Hirikilabs nos remueve y nos resulta problemático siendo Hirikilabs un espacio público y abierto a la diversidad. Necesitamos comprender mejor por qué suceden e imaginar qué podemos hacer al respecto.
Con la idea de pensar un poco en la realidad que tenemos, cuatro mujeres (Diana Franco, Inés Bebea, Margarita Padilla y Estrella Soria) hemos hecho el ejercicio de preguntarnos hasta qué punto las conductas que observamos en los Labs no son más bien un eco de las que se dan en las grandes corporaciones tecnológicas.
Durante el año 2018 hemos estudiado cinco casos contemporáneos vinculados a diferentes tecnologías como son:
- Instagram: la violencia estructural en los algoritmos
- Google: ninguna exclusión es rentable
- GitHub: el sesgo de género
- Inteligencia artificial: una vida más cómoda
- BitCoin: transitando de la soberanía a la dominación
Y con ellos hemos comprendido mejor cómo se perpetúan las estructuras de dominación, que evidentemente están afectando a los Labs. Hemos recogido el estudio y nuestras reflexiones en el ensayo Las Voces de la Tecnología que resuenan en los Labs. Después de este trabajo una de nuestras inquietudes es intentar seguir investigando y experimentando para poder comprender cómo acercarnos a Los Labs que queremos.
El primer paso lo hicimos en el Summer Lab de 2018 contrastando uno de los casos.
El segundo organizando el encuentro: ¿Qué pasa con la tecnología? celebrado el pasado 29 de noviembre de 2018 en Tabakalera. En el encuentro presentamos la investigación Las Voces de la Tecnología que resuenan en los Labs.
Estrella Soria, Margarita Padilla, Inés Bebea y Diana Franco durante la presentación del ensayo.
Conocimos de la mano de Eulalia Pérez Sedeño la relación entre determinismo biológico y la tecnología que tenemos , con FemTek y La_Bekka conocimos dos experiencias que nos dieron buenas pistas de cómo se pueden ir articulando los Labs que queremos.
Martu presentó La_Bekka Isabel Tomás Pérez y Blanca Ortiga Presentaron FemTek
De la mano de Sorkin contrastamos el ensayo con las personas que asistieron. Sorkin ha desarrollado un informe del encuentro.